La nueva movilidad y sus tendencias (eléctricos, conducción autónoma, conectividad y conducción inteligente) han recibido desde 2010 inversiones por valor de 330.000 millones de dólares en más de 2.000 empresas dedicadas especialmente a desarrollar tecnologías en áreas relacionadas con esas nuevas tendencias, de los que más de 80.000 millones lo han sido entre principios de 2019 y la actualidad, según un informe de Mckinsey.
Según el informe, aproximadamente dos tercios de la inversión total en esas empresas especializadas, 206.000 millones, se destinaron a tecnologías de vehículos autónomos (AV) y movilidad inteligente. Una cantidad menor, alrededor de 123.000 millones, se destinó a conectividad y vehículos eléctricos (EV), lo que sugiere que las empresas prefieren desarrollar estas tecnologías internamente.
El 65% de las inversiones proceden de fondos de capital de riesgo
El estudio de Mckinsey revela que el 65% de las inversiones proceden de fondos de capital de riesgo y capital privado y un 28% de operadores tecnológicos. Los fabricantes de automóviles tradicionales solo representarían el 7%, en torno a 20.000 a 25.000 millones de dólares, si bien, los fabricantes de automóviles no se han quedado rezagados en sus investigaciones y desarrollos tecnológicos al invertir internamente más de 200.000 millones de dólares en esas tecnologías desde 2014, aunque en esta caso ha primado la electrificación, con un 80% del total invertido.
Las baterías de almacenamiento de energía se han convertido también en uno de los objetivos de inversión prioritarios de compañías eléctricas, automovilísticas e inversores institucionales y uno de los negocios de mayor proyección en el ámbito de la economía y la financiación sostenible. Bloomberg estima que se llegará a un volumen de inversión de 620.000 millones de dólares acumulados en las próximas dos décadas.