“Regtech”, un remedio para la “exuberancia” normativa

Las “regtech”, un segmento de las start up y de fintech, que ofrecen al sector financiero servicios relacionados con la regulación y la normativa, están creciendo como hongos alentadas por la “exuberancia”  normativa y la multiplicación de requerimientos desde las distintas instancias supervisoras y reguladoras: baste decir que a través del G-20, desde 2009 se han creado 50.000 nuevos documentos normativos, con un promedio de 45 a la semana, según la investigación recogida en el Informe “Regtech supplier perfomance 2017”.

45 nuevas normas cada semana desde 2009

Los departamentos de “Compliance” -cumplimiento normativo- de las entidades financieras se encuentran ante unos desafíos casi inabarcables ya que deben hacer frente al desarrollo de su recién creada función en un escenario en el que las normas y los requerimientos se reproducen como hongos.

Los desafíos de los departamentos de “Compliance” resultan inabarcables ya que las normas crecen como hongos

Su función ha tomado una especial relevancia, además, tras la revisión del Código Penal en 2010 que introdujo la novedad de imputar delitos a las personas jurídicas, delitos ante los que sólo cabe la defensa si se acredita que la entidad financiera -y, cada vez más, cualquier empresa o persona jurídica- ha dispuesto los medios necesarios para evitar que la actuación de sus directivos y empleados puede derivar en algún tipo de irregularidad o delito que le involucre.

Esta nueva situación ha llevado a muchas entidades y empresas a crear un departamento específico de “Compliance”, separado de su departamento jurídico y dedicado únicamente a establecer la política de riesgos y cumplimiento normativa, y controlar y monitorizar el comportamiento de los empleados, con el consiguiente coste en recursos humanos y medios materiales.

MIFID II ha generado 30.000 páginas de textos normativos

Sin embargo, estos departamentos encuentran dificultades para abarcar todos los elementos a los que tiene que prestar atención. Puede dar una idea de la dimensión del problema el hecho de que los documentos que ha producido MIFID II suponen del orden de 30.000 páginas con textos normativos.

En este caldo de cultivo, las “regtech” se convierten en un auxiliar de gran utilidad, ofreciendo las capacidades y la tecnología necesaria para desarrollar estas funciones en las entidades financieras u otro tipo de empresas sometidas a una regulación y supervisión intensa.