La Asociación Española de Compliance (ASCOM) que preside Sylvia Enseñat de Carlos, ha elaborado un “Libro Blanco” sobre la función de Compliance en el que recoge las tareas y responsabilidades de esta función en la empresa, una función que está adquiriendo personalidad y autonomía a marchas forzadas ante los crecientes requerimientos de las autoridades reguladoras y supervisoras y los que nacen de las normas de Buen Gobierno.
Los departamentos de Compliance, cada vez más voluminosos, están asumiendo las tareas de prevención, detección y gestión de riesgos de Compliance contribuyendo a promover y desarrollar una cultura de cumplimiento en el seno de cada organización.
El libro blanco señala como riesgos de Compliance los relacionados con el incumplimiento de las obligaciones de Compliance, es decir, aquellas que una organización debe cumplir, y también las que elige voluntariamente cumplir.
En previsión de futuras crisis, shocks reputacionales, ataques cibernéticos ó riesgos en redes sociales
En el momento actual, estos riesgos están adquiriendo una importancia creciente para atender a las normas prudenciales que establecen los gobiernos en previsión de futuras crisis, así como de los shocks reputacionales a los que las empresas están sometidas en la era de la globalización, los ataques cibernéticos, las redes sociales y la transformación digital.
El libro blanco incorpora los “estándares internacionales sobre sistemas de gestión de Compliance, que incorporan las mejores prácticas a modo de directrices y especificaciones, de gran utilidad para su diseño y evaluación” nacidos en los últimos años, que tiene entre sus “pilares fundamentales su gobernanza, basada en una función de Compliance orientada a la prevención, detección y respuesta ante los riesgos derivados del incumplimiento”.
Llamamiento a la CNMC
Por otra parte, en un acto celebrado recientemente la ASCOM ha hecho un llamamiento a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para que elabore una guía que haga posible “detectar tempranamente las conductas contrarias a la competencia porque “la formación y la pedagogía sobre compliance permiten impulsar la cultura de libre competencia en el corazón de la empresa”.













