La banca venezolana languidece, “como un muerto viviente”

Sede del Banco Central de Venezuela

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela esta en el centro de la actualidad política e internacional y con él todas las irregularidades que han acompañado su mandato, con absoluto desprecio por la separación de poderes, los derechos humanos y la libertad de expresión. La economía venezolana está por los suelos, las empresas arruinadas y la carestía es casi total, desde los bienes más básicos a cualquier producto o servicio. Sin embargo, apenas se ha hablado de la industria financiera local ¿Cómo está la banca venezolana?

¿Qué será de la banca venezolana? ¿Podrá aguantar en esta anémica coyuntura?

Los 31 bancos de la que fuera en su día cuarta potencia económica latinoamericana esconden una situación de extrema debilidad. Todos ellos viven de unos menguantes ingresos procedentes de las comisiones ya que la actividad crediticia se encuentra en niveles mínimos. La pregunta es si podrán aguantar por mucho tiempo esta anémica coyuntura y la respuesta  de algunos observadores es que 2019 puede ser testigo de la caída de alguno de estos bancos.

Los datos acerca de los indicadores económicos son abrumadoramente desastrosos, especialmente en el último quinquenio en el que el PIB venezolano ha caído un 53% y, según la asociación de empresas Conindustria, la capacidad industrial se ha reducido al 20%, en un entorno de continuos cierres empresariales. Por su parte, un informe del Parlamento opositor fijaba en noviembre pasado la inflación anualizada en 1.300.000%, con un encarecimiento diario de los precios del 3%. Y desde que el pasado verano Maduro efectuara una nueva devaluación, la actual divisa, el bolívar soberano habría perdido más de 90% de su valor. Así describe la situacion venezolana Omar Lugo en un extenso artículo publicado en la web America economía.

Por todo ello, cualquier analista u observador confirmará que el sector bancario venezolano tiene que estar en una situación de extrema debilidad, en medio de una evolución económica y empresarial desastrosa en la que la intermediación y el crédito son casi una historia pasada y el Estado no cesa de crear dinero para sus gastos.

La banca no muestra aún signos de una quiebra inmediata, señala el artículo, pero llega a afirmar que estamos ante “un muerto maquillado”, que solo se alimenta de comisiones y de un flujo de pagos y transferencias electrónicas que crecen continuamente, probablemente para efectuar pagos al exterior.

En el tercer trimestre de 2018, el apartado “Otros Ingresos Operativos”, que recoge el importe de las comisiones por pagos electrónicos, representó el 81,75% del resultado neto (ganancias) de toda la banca, según cifras oficiales. Algunos bancos, sin esos ingresos operativos incurrirían en pérdidas. “No es normal que en un país la banca viva de las comisiones”, añade al respecto el artículo.

La banca se ha reducido a la décima parte de lo que era en el año 2000

En esta deriva hacia la insolvencia, los bancos vienen reduciendo su tamaño, sus estructuras y el número de empleados, y tratan de orientar el negocio hacia los los pagos y transferencias electrónicos para evitar gastos de estructura. A pesar de ello, son demasiados bancos para una economía tan exigua. Alejandro Cáribas, ex superintendente de Bancos de Venezuela precisa que “la banca se ha reducido a una décima parte de lo que era en el año 2000. “Medida por patrimonio, toda la banca venezolana es del tamaño de un pequeño banco chileno” y advierte que “en el segundo o tercer trimestre de 2019 puede quebrar algún banco”.

Para evidenciar la jibarización de la banca venezolana basta decir que el resultado neto del tercer trimestre de 2018 para Banesco fue de 2 millones de dólares, en terminos equivalentes. Sin embargo, excluidos los ingresos de las comisiones por transferencias  hubiera presentado pérdidas de 278.108 dólares,  según informes de la Superintendencia de Bancos. Banesco es uno de los bancos venezolanos más importantes, que Maduro intervino a sus dueños, la familia Escotet, quienes controlan en España Abanca. La intervención se ha endurecido aún más recientemente.

 “Una muerte lenta, como una luz que se apaga”

El débil soporte de las comisiones se extiende al resto de los bancos venezolanos ya que, según afirma el artículo de Lugo, los siete bancos del Estado hubieran ganado apenas 566.000 dólares en su conjunto si se excluyera del resultado neto los 2,7 millones de dólares cobrados en comisiones, y el beneficio de 8,7 millones de dólares  reportado por los 24 bancos privados en conjunto se hubiera traducido en un pérdida conjunta de 461.000 dólares sin los ingresos por comisiones.”

Las perspectivas son, pues, poco favorables para la banca venezolana, en un entorno de debilidad económica acelerada e intervencionismo creciente en el que la banca no puede desarrollar sus actividades nucleares. Es un negocio que languidece, como señala el artículo, “una muerte lenta, como una luz que se apaga”. En todo caso, uno de los expertos consultados por Lugo señala una posible salida aunque solo para “los bancos más eficientes”: la fusión entre ellos o un proceso de adquisiciones.