Por ahora es, aparentemente, casi un ente de razón, un tema de debate entre tecnólogos. Hablamos del Metaverso. Apenas nadie sabe de qué se trata, pero ha llegado Facebook y ha comenzado a hablar de ello y a desarrollarlo. Incluso lo ha puesto en su cabecera en su nombre que pasa a ser Meta. Incluso algunos están comenzando a pensar en invertir en este nuevo ámbito. ¿Cómo hacerlo?
El banco de inversión Lombard Odier ofrecía algunas claves en un reciente artículo. “Creemos que las principales áreas de inversión serán, en última instancia, a través de las empresas que suministran los componentes básicos y las herramientas clave para respaldar la infraestructura del metaverso. Estos bloques de construcción y herramientas se aprovechan actualmente para otros fines, incluida la digitalización, la computación en la nube, la inteligencia artificial (IA) y los gráficos de videojuegos, lo que diluye un poco la pureza de la exposición temática”.
Quienes acudan a esta fase inicial de inversión no deben espera mucho ya que a juicio de Lombard se caracterizará por grandes inversiones con escasas ganancias, por la falta de interoperabilidad y estándares, todo lo cual se convertirán en un obstáculo para el logro de beneficios y retrasarán su desarrollo y aumentarán los riesgos.
Sin embargo, Lombard previene a aquellos inversores que subestimen la influencia y la difusión de estas nuevas tecnologías ya que pueden originar cambios sísmicos que les cojan por sorpresa. Es decir, como a las siete y media, la dificultad reside en cómo hacer para no quedarse corto ni tampoco pasarse. En resumen, El metaverso es de hecho una oportunidad tecnológica interesante, pero con beneficios económicos tangibles aún distantes.