Berenberg se ha atrevido a poner fecha exacta a la recesión en la eurozona: desde el otoño de 2022 hasta mediados de 2023, debido principalmente al “aumento en los precios del gas y la incertidumbre sobre las perspectivas energéticas”.
Las consecuencias las sufrirán los consumidores a pesar de las medidas que los gobiernos tomen para frenar la escalada de los precios ya que los suministradores trasladan al cliente final buena parte del aumento de costes que experimentan y van a seguir experimentando.
Estima que no serán necesarios los racionamientos de gas
En contrapartida, el banco de inversión alemán augura que no serán necesarios los racionamientos de gas que pudieran preverse, especialmente en Alemania, si Rusia suspende el suministro, debido a las acciones ya tomadas para almacenar gas en ese país y en la UE.
Adicionalmente, Berenberg confía en que Rusia reanude la entrega de gas después del 24 de julio aunque sí deberán tomarse medidas para reducir el consumo en torno a un 10% durante el próximo invierno.
En el caso de que Rusia no reanude el suministro la cosa puede empeorar y llevar a. los gobiernos europeos al racionamiento del gas ante la eventualidad de que se liquiden a final del invierno las existencias de gas almacenadas.
El PIB caería aún más
“En caso de un racionamiento significativo de gas, añade la entidad, esperaríamos que el PIB real a principios de 2023 caiga aún más que nuestras proyecciones actuales de “recesión futura” en 1.5-2% para la Eurozona y en 2.5-3% para la zona altamente expuesta, Alemania”.
La contrapartida para Rusia si se atreviera a este corte total de suministro es el riesgo de quedarse para siempre sin posibilidad de vender gas a Europa ya que la eurozona debería buscar alternativas: acelerar la transición energética y buscar otras fuentes de energía.












