La Bolsa y los mercados de bonos están sufriendo un importante vaivén y stress por el coronavirus pero la crisis que esta pandemia está provocando afectará a otro tipo de activos, no sólo los financieros. Los activos inmobiliarios sufrirán también el envite de esta crisis, especialmente los de vivienda residencial, y, en general, un negativo impacto en sus valoraciones.
Aunque el sector inmobiliario se estaba beneficiando de una potente ola de inversiones en los últimos tiempos, impulsada por los bajos tipos de interés y la gran liquidez existente, que trataba de encontrar mayores rentabilidades en los activos inmobiliarios, provocando un alza de sus precios y sus valoraciones, el coronavirus puede suponer un frenazo, al menos transitorio, en esta tendencia.
El teletrabajo puede reducir el precio de las oficinas
Los efectos dependerán del tipo de activo inmobiliario, según un análisis de Mapfre. “Las oficinas, por ejemplo, pueden verse afectadas después de este periodo de trabajo no presencial; las empresas pueden observar que el teletrabajo es efectivo y, a partir de ahora, optar por otros modelos de trabajo” afirman.
La paralización de la actividad económica, especialmente en los sectores más afectados, se traducirá tanto en la renegociación de los contratos de alquiler de oficinas, así como en las compras y las nuevas inversiones, en función de la evolución de los precios, o la capacidad de nuevo endeudamiento.
El coworking, beneficiado
Según el análisis de Mapfre, los espacios de coworking o de oficinas compartidas se venían beneficiando de unos vientos muy favorables por ofrecer sinergias entre profesionales y unas condiciones asequibles y flexibles, lo que estaba haciendo crecer este mercado en los últimos años. Pues bien, en el corto plazo sufrirá un negativo impacto por la cancelación de contratos que puede experimentar, pero podrá recuperarse en el medio y largo plazo e incluso contemplar una expansión en el número de edificios dedicados a este concepto en la medida en que las circunstancias hagan que la flexibilidad en la duración de los contratos se vaya imponiendo.
Se reducirán las ventas de primera vivienda por las numerosas incertidumbres
Mapfre advierte de una reducción de las ventas de primera vivienda en la medida que su demanda “está íntimamente relacionada con la incertidumbre económica, las pérdidas de empleo y la consecuente reducción del poder adquisitivo”, algo que se extenderá en los próximos meses. Por su parte, la demanda de segunda residencia se verá “muy impactada con las restricciones en los viajes y la ausencia del turismo, y provocará que disminuyan las ventas a extranjeros y nacionales” por lo que el segmento residencial experimentará una caída “hasta que los precios se estabilicen”.
La vivienda en alquiler saldrá fortalecida
No ocurrirá igual en el sector de vivienda en alquiler, que según Mapfre “probablemente salga fortalecido de esta crisis”, aunque alerta del “posible impacto que puede sufrir por las futuras regulaciones de los precios y por los impagos de los inquilinos afectados por pérdidas de empleo”.
Los activos retail y los centros comerciales sufrirán “un fuerte impacto en el corto plazo, debido a la paralización de las actividades no esenciales”, impacto que puede ser mayor si esta situación se dilatase haciendo que los inquilinos tuvieran serias dificultades para abonar las rentas y continuar con sus negocios, con el consiguiente deterioro del precio de estos activos.
Los activos más afectados en su valoración serán los turísticos, hoteles y comercios, por las restricciones de movilidad y la caída del periodo estival
Los activos más afectados, según Mapfre, serán los turísticos, tanto hoteles como comercios “por las restricciones de movilidad y el gran impacto que van a sufrir en el periodo estival por el estancamiento del sector turístico, lo cual provocará correcciones de valor en los activos”. A ello se suma que muchos hoteles se han convertido en hospitales para luchar contra la pandemia, “lo que ralentizará la vuelta a su actividad tradicional”.
El impacto en los activos inmobiliarios ligados a actividades logísticas es asimétrico según que esas actividades estén vinculadas al comercio electrónico, que podrían verse incluso favorecidas; o a determinados ámbitos de la distribución que estén sufriendo la inactividad de algunos tipos de productos y mercancías.













