El dilema de May: permanecer o no en la Unión Aduanera tras Brexit

Unión Aduanera en la UE

Reino Unido puede mantenerse en la Unión Aduanera dentro de la Unión Europea (UE) a pesar del Brexit, si Theresa May se pliega a las presiones que está recibiendo en este sentido, no sólo desde algunos ámbitos de su partido sino desde otras esferas de la economía y la política británica, según ha revelado Bloomberg.

Una mayoría de la Cámara Baja estaría a favor de la permanencia en la Unión Aduanera tras Brexit

Según la información de esta agencia de noticias, May puede haber tomado conciencia de que dicha permanencia puede ser un deseo de una mayoría de parlamentarios dentro de la Cámara Baja, incluido el Partido Laborista y una buena parte de su propio partido.

Se produce así una seria disyuntiva entre los sentimientos de buena parte de los políticos y las presiones de la calle y los partidos más extremistas, partidarios de un Brexit duro o radical, que considerarían la permanencia en la Unión Aduanera como una “traición” a la voluntad popular expresada en el referéndum del Brexit.

Los que presionan a la primera ministra para la permanencia en la Unión Aduanera consideran que sería un factor muy favorable para las empresas del Reino Unido y para sus intereses comerciales.

Los partidarios del Brexit radical consideran la permanencia una “traición”

Por el contrario, los partidarios de la salida total y el abandono de la Unión Aduanera piensan que ello permitirá que los británicos puedan establecer de forma libre y autónoma sus propios acuerdos comerciales con las distintas regiones, entre ellas Estados Unidos y Australia, algo que no podrían hacer mientras permanecieran en la Unión Aduanera y, por tanto, sujetos a la disciplina de los acuerdos comerciales con países terceros firmados por la UE, que obligan a todos los países miembros, incluida Gran Bretaña si permaneciera dentro de a Unión Aduanera.

La “cuestión irlandesa”

Los defensores de la opción de la permanencia añaden otros dos factores que apoyan esa opción, según Bloomberg: no afectaría a la libre circulación de personas, “su línea roja más importante en la negociación”; y facilitaría la solución de la “cuestión irlandesa”, otro de los caballos de batalla más complejos en la negociación.