Los “bonos verdes” aumentarán aún más con criterios y requisitos claros

Acuerdo sobre Cambio Climático París 2015
Acuerdo sobre Cambio Climático París 2015

El desarrollo de la financiación verde comienza a verse como algo imparable, tanto por el atractivo de esta fórmula para los emisores como por la creciente demanda que experimenta por parte de los inversores, más aún desde la firma del Acuerdo Climático de París de 2015 que ha tenido un impacto muy favorable en este ámbito, a pesar de que la Administración Trump haya optado por abandonarlo.

El año 2016 registró ya un volumen bruto de emisiones de bonos verdes superior a los 85.000 millones de dólares, que duplicaba la cifra del año anterior. Es previsible, sin embargo, que esta cifra se quede en mantillas frente a las expectativas de esta fórmula de financiación responsable para los próximos años.

La OCDE prevé 720.000 millones de dólares en bonos verdes en 2035

Sin ir más lejos, podrían alcanzar los 150.000 millones de dólares en 2017, según estimaciones de Climate Bons Initiative, e incluso dar un salto de gigante y alcanzar los 720.000 millones en 2025 según las estimaciones de la OCDE.

Estas estimaciones pueden verse incluso desbordadas dada la creciente demanda por parte de los inversores y la incorporación constante de nuevos emisores, como ocurrió en 2016, con 90 nuevos emisores de este tipo de financiación verde.

La mayoría de los expertos en financiación responsable auguran la llegada de nuevos jugadores en este mercado, en el que se espera un gran protagonismo de emisores soberanos y de ciudades y entidades municipales que pueden encontrar en los bonos verdes una vía de gran eficacia para la financiación de proyectos e infraestructuras ligadas al medio ambiente y a las tecnologías y las soluciones limpias.

Eliminar el “greenwashing”, la práctica de usar los bonos verdes hacia fines no verdes

Aún con todo ello y con la fuerza y vitalidad que está mostrando este tipo de soluciones financieras responsables y sostenibles, son muchos los que creen que son necesarios dos factores adicionales para que cobren aún mayor impulso: una decidida acción de los gobiernos para promover este tipo de financiación entre empresas e instituciones públicas y privadas, y la formulación de especificaciones, criterios y estándares que acrediten y califiquen este tipo de emisiones para ofrecer garantías a los inversores.

Estos criterios de calificación de los bonos verdes “ayudarán a eliminar el “greenwashing”, la práctica de usar el producto de los bonos verdes hacia fines no verdes”, como señala Henrik Raber, global head de Mercado de Capitales de Standard Chartered Bank en un reciente artículo, y añade que este “conjunto de principios para la clasificación y divulgación de información, ayudará a mantener la credibilidad e integridad de este nuevo mercado”.