La pandemia y la invasión de Ucrania son los mayores focos de inestabilidad y preocupación política pero hay más, entre otros, el enfrentamiento EEUU-China en materia comercial, y sobre todo, la quiebra de las tendencias que parecían instaladas como la globalización y una cierta liberalización de las políticas económicas, a favor de politicas proteccionistas y localistas. Con todo ello el riesgo geopolítico se ha convertido en un condicionante clave en las relaciones económicas internacionales, tanto para las empresas como para los gobiernos, afirma un trabajo del Instituto Elcano.
A la vista del sesgo que están tomando estos y otros acontecimientos internacionales es previsible que se acrecienten en los próximos años los riesgos políticos y la inseguridad que llevan consigo en materias jurídica y legal, en las relaciones internacionales, así como los impactos asociados a estos nuevos entornos como los problemas logísticos y de suministro que venimos padeciendo en los últimos trimestres, con graves daños en el crecimiento económico, y en las expectativas empresariales.
Relocalización y acercamiento de las cadenas de suministro
No es extraño por ello que muchos analistas comiencen a hablar de un proceso de desglobalización para los próximos años que, como señala el Instituto Elcano, tendrá consecuencias de reestructuración de cara a las estrategias de suministro, para aminorar los riesgos, como las asociadas al denominado “reshoring (traer al país de origen actividades productivas que se habían deslocalizado a otros países), o el nearshoring o acercamiento de las cadenas de suministro (no depender para suministros esenciales de suministradores muy alejados geográficamente), regionalización (localizar las cadenas de suministro en localizaciones próximas unas a otras), diversificación de suministradores (con el fin de no depender un número reducido de éstos)”.
Es necesaria una mayor autonomía energética para los países y empresas e instituciones
El trabajo del Instituto Elcano aborda tambien la necesidad de una mayor autonomía energética para los países y empresas e instituciones con el fín de reducir sus dependencias y vulnerabilidades en este terreno, con actuaciones de fortalecimiento de las energías renovables asi como de protección y defensa o en relación con la ciberseguridad y las infraestructuras logísticas y de transporte.
Asimismo invita al desarrollo de sistemas de inteligencia económica, que permitan analizar la realidad económica internacional, sus perspectivas y, sobre todo, el impacto que sus posibles escenarios de evolución pueden tener sobre la actividad de los agentes económicos.