Los partidos políticos ante los riesgos que preocupan a los empresarios

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Ante los procesos electorales que se avecinan en España y Europa los partidos políticos deberían echar un vistazo a los riesgos que más preocupan a los empresarios y al mundo financiero ya que rara vez aparecen reflejados en sus programas. Al parecer,  en su agenda electoral solamente caben determinados conflictos con marcado ángulo mediático o de movilización callejera.

No basta con señalar los problemas domésticos y los riesgos asociados a ellos. En este momento, los analistas y gobernantes más inteligentes prestan una atención destacada no solo a las situaciones y necesidades particulares de cada país sino también a los riesgos globales, sobre los que, además, existe últimamente una singular coincidencia.

Tendencias populistas y nacionalistas

En primer lugar, las tendencias populistas y nacionalistas que amenazan con quebrar los procesos de globalización que han presidido al última década y los logros asociados a estos avances hacia una visión global del futuro.

Los mercados financieros y las expectativas de las empresas han venido reflejando nítidamente en 2018 la creciente preocupación por el cariz que toman los acontecimientos internacionales, especialmente en lo que se refiere a la llegada de una desaceleración económica mundial, alentada por las incertidumbres sobre las relaciones comerciales internacionales, no sólo entre Estados Unidos y China sino con otras regiones y áreas que pueden registrar severos problemas comerciales en su relación con el país norteamericano, sino tambien por el desenvolvimiento que puedan tener otros procesos geopoliticos, especialmente el Brexit, y sus consecuencias para la propia Gran Bretaña y los países del área euro.

Los riesgos sistémicos pueden estar aumentando

Como se señala en el Global Risks Report 2019 presentado a comienzos de este año el período de divergencia que estamos viviendo y que está reconfigurando las relaciones entre países “profundamente integrados, está plagado de riesgos potenciales”, y “la profundización de las fisuras en el sistema internacional sugiere que los riesgos sistémicos pueden estar aumentando. Si llegara a golpear otra crisis global, ¿Se obtendrían los niveles necesarios de cooperación y apoyo? se preguntan los redactores del informe. Probablemente, pero la tensión entre la globalización de la economía mundial y el creciente nacionalismo de la política mundial es un riesgo cada vez mayor”.

¿Se lograría la misma cooperación entre los países ante una nueva crisis similar a la anterior?

A ello deben sumarse los riesgos medioambientales, el deterioro profundo del clima y las catástrofes naturales de él derivadas, las potenciales crisis del agua, o la conciencia de las dificultades para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París para reducir el calentamiento global por debajo de 2º adicionales. O los fraudes con los datos privados y los ciberataques, cuestión vital para el mundo económico pero que no parece estar entre las prioridades de los políticos.

Son otros muchos los riesgos ante los que el sistema económico y financiero se enfrenta, por no citar los estrictamente financieros. ¿Están los partidos políticos dispuestos a prestar alguna atención a estas preocupaciones económicas, financieras y empresariales o en su agenda electoral solamente caben determinados conflictos con marcado ángulo mediático o de movilización callejera?