La Inteligencia Artificial (AI por sus siglas en inglés) no es un concepto teórico ni sólo un ámbito de investigación sino una realidad que se está aplicando por parte de muchas empresas, particularmente, por los bancos, con unos ahorros de costes reales y un salto importante en eficacia.
Los ámbitos en los que se aplica esta nueva tecnología son diversos y van desde el uso de asistentes digitales, los modelos de datos para automatizar decisiones de préstamos inteligentes, hasta la detección de fraudes mediante reconocimiento de patrones y reconocimiento de voz y rostro. Para llegar a este punto, las nuevas tecnologías aplicadas al sector financiero utilizan machine learning, algoritmos y analítica de bigdata.
Según revela una información publicada por Finextra, “Amplifying Human Potential: Towards Purposeful Artificial Intelligence”, el uso de estas aplicaciones está aumentando, de modo que para 2020, AI aportará un aumento del 39% en los ingresos y un recorte del 37 por ciento en costos operativos.
Para 2020, AI aportará un aumento del 39% en los ingresos y un recorte del 37% en costes operativos
La encuesta muestra que el 56% de los encuestados en el ámbito de los servicios financieros dijeron que estaban usando AI en los últimos tres años y que las entidades financieras invierten más en IA que otras empresas, con 14,6 millones de dólares de media frente a una media de 6,7 millones para el conjunto de los encuestados.
El otro lado de la moneda
La pérdida de empleos en el sector es motivo de preocupación para uno de cada cuatro encuestados, una preocupación razonable. La publicación de Finextra sugiere que la solución a este problema es la formación permanente, reenfocar a las organizaciones bancarias hacia el reentrenamiento.
Sin embargo, la progresiva implantación de la Inteligencia Artificial es un fenómeno imparable, ya que, como ocurre en todos los ámbitos del progreso empresarial, se trata de aplicar metodologías y tecnologías que mejoran la eficiencia del negocio y en los últimos tiempos, la experiencia del usuario. Dicho de otro modo, la aplicación de AI es ineludible por el salto adelante en eficacia y optimización que trae consigo.
Competir con “rivales más rápidos, más inteligentes y mejores”
Las entidades bancarias tienen en estas nuevas tecnologías y aplicaciones una herramienta con la que competir con “rivales más rápidos, más inteligentes y mejores”. Finextrta cita ejemplos como la tecnología de reconocimiento facial, de 10 a 15 veces más precisa que los seres humanos para identificar a las personas; o la mayor rapidez de este tipo de aplicaciones para responder a los correos electrónicos de los clientes.
Es cierto, sin embargo, que resulta necesario combinar la introducción de la Inteligencia Artificial con decisiones que favorezcan la estabilidad del empleo de modo que no se convierta en un “destruye empleos”, factor que podría poner en serio peligro el futuro de la Inteligencia Artificial.
El debate sobre la renta básica
Existen algunos líderes empresariales que comienzan a apuntar soluciones como las de reducir el tiempo de trabajo de las personas con igual salario, permitiéndoles un mayor tiempo para su enriquecimiento personal; incluso algunos creen que actuará como catalizador del debate sobre la necesidad de una renta básica, que deberá comenzar por aquellos que vean destruidos sus puestos de trabajos por la invasión de los sistemas y plataformas de AI y machine learning.