Conviene no olvidar cuál es la finalidad de la financiación sostenible: canalizar recursos financieros para la lucha contra el cambio climático, alcanzar los ODS, particularmente la lucha contra la pobreza y la desigualdad, extender las buenas prácticas de gobierno corporativo y lograr el desarrollo de una economía y una sociedad justa, equilibrada y sostenible.
Por eso debemos examinar regularmente si estamos cumpliendo con esas tareas y conocer en qué situación nos encontramos, cuánto camino queda por recorrer y si mantenemos el rumbo adecuadamente. Esa es una de las finalidades de este Informe Anual OFISO sobre La Financiación Sostenible en España en 2021 que pretendemos enriquecer en cada edición tanto en sus objetivos como en su contenido, con la satisfacción de comprobar que se está convirtiendo ya en una referencia de este mercado de financiación sostenible.
El análisis de esta edición nos permite comprobar que el entorno incierto originado por la pandemia en cuanto a la actividad económica y financiera en general no ha frenado la tendencia a la financiación corporativa y pública a través de instrumentos financieros verdes o sostenibles, que sigue su camino ascendente aunque la magnitud de las amenazas climáticas y los retos en el ámbito social y de la gobernanza exigen mayor ambición para canalizar recursos financieros sostenibles a estas actividades y proyectos.
La financiación sostenible total creció de nuevo en España en 2021 hasta alcanzar los 54.951 millones de euros, y también creció en los mercados de bonos en los que 15 de cada 100 euros emitidos fueron sostenibles.
La última encuesta OFISO, que mide el sentimiento de los profesionales de la financiación sostenible de las compañías e instituciones integradas en OFISO, confirma también esta tendencia positiva. No sólo crece la impresión de que la financiación sostenible será un factor de recuperación, como lo considera el 87,5% de los encuestados, sino que seguirá creciendo la importancia y el peso de los bonos y de los préstamos sostenibles en el conjunto de las fórmulas de financiación corporativa y pública, con reducciones en los costes financieros y un favorable vínculo entre el valor de una empresa y su estrategia de financiación sostenible.
El Informe OFISO revela asimismo que las compañías españolas han ganado peso en los rankings de sostenibilidad globales, sobre todo las de mayor tamaño y las cotizadas en Bolsa, con algunas de ellas en posiciones muy destacadas a nivel global, confirmando la sólida posición de nuestro país en este terreno.
¿Qué ocurrirá en 2022? Esperamos que se consoliden los avances y se llegue más allá, tanto en España como en el ámbito internacional, en lo que se refiere a los mercados y también en la regulación, a pesar de las dificultades para avanzar en materias regulatorias en un ámbito multilateral en el que los gobiernos defienden determinados intereses o carencias locales que sus empresas o sus ciudadanos les reclaman, como ha puesto de manifiesto la COP26 o las negociaciones para completar la Taxonomía europea, tensionadas por la posibilidad de incluir en ella el gas y la energía nuclear como fuentes de energía elegibles.
El informe señala que espera nuevos progresos en la financiación sostenible durante el año 2022, con los bonos verdes manteniéndose como el activo preferido en el mercado, mientras los bonos sociales están a la espera del proyecto de la taxonomía Social de la UE que se publicará a lo largo de 2022; y una creciente actividad emisora corporativa e incluso de algunos gobiernos a través de los Sustainability Linked Bonds (SLB), que continuarán ganando peso y atrayendo nuevos operadores a este mercado.