No es posible luchar contra el cambio climático, ni avanzar en la descarbonización del planeta como la urgencia climática lo demanda si no se dispone de la financiación sostenible necesaria para canalizar los recursos financieros que requieren las iniciativas a tomar. Más aún, la financiación sostenible y verde será la única posible, como afirmó un destacado grupo de expertos convocados por Guía de la Financiación Empresarial.
Madrid es en estos días la capital mundial de la lucha contra el cambio climático, objetivo que inunda los medios de comunicación. La Cumbre Climática de Naciones Unidas COP25 ha puesto a nuestro país de una forma muy gráfica en el mapa de la lucha contra el calentamiento global y en el debate para desarrollar los Acuerdos de París que surgieron precisamente de la Cumbre Climática celebrada en la capital francesa en 2015.
La COP25 ha puesto a nuestro país de una forma muy gráfica en el mapa de la lucha contra el calentamiento global y la descarbonización
Desde entonces, la conciencia social ha crecido de forma vertiginosa y con ella los pronunciamientos políticos a través de numerosas declaraciones políticas e institucionales.
Sin embargo, con ser ésta una fase necesaria para avanzar en este terreno, es insuficiente. Más importantes aún es que todo ello se traduzca en el terreno económico y en la aportación de los recursos públicos y privados que hacen falta para el cumplimiento de los objetivos en los plazos establecidos.
Ningún gobierno ni estado soberano o postsoberano puede creer que cumple con la simple enunciación de unos deseos o de un programa; ni siquiera con la promulgación de normas o leyes encaminadas a reducir la emisión de gases contaminantes mediante el impulso de las energías renovables, la eficiencia energética, la movilidad verde, la gestión eficiente del agua y otros recursos naturales, o los restantes campos de la lucha contra el cambio climático.
Es indispensable la dotación económica que haga posible su realización
Es indispensable que esos programas y la normativa que los gobiernos implementen vayan acompañados de sus respectivos presupuestos, de las dotaciones económicas que hagan posible su realización para que no queden en un simple enunciado o en una forma de maquillaje político.
El sector financiero debe asumir una tarea fundamental para generar y difundir a través de sus redes los productos financieros sostenibles
Otro tanto ocurre en el sector privado. Es fundamental extender estos propósitos e iniciativas y decisiones a los ámbitos empresariales y financieros, hacer que el sistema económico tome conciencia de que su contribución es básica. En particular, el sector financiero debe asumir una tarea fundamental a la hora de generar y difundir a través de sus redes los productos financieros sostenibles que puedan hacer llegar la financiación a los proyectos y reformas que permitan alcanzar los Objetivos de París y los ODS de Naciones Unidas en los plazos establecidos.
La financiación verde y sostenibles es el cauce fundamental
Todo eso tiene hoy un cauce fundamental; la financiación verde y sostenible a través de los principales productos financieros sostenibles, especialmente los bonos verdes, soberanos o públicos, y privados; los bonos sociales, los créditos verdes y sociales y otras vías como project finance verde, la titulización verde y los productos que se puedan ir desarrollando en paralelo o de forma complementaria a los ya citados.
Los expertos tienen claro que no es posible avanzar sin impulsar la financiación sostenible y verde e incluso van más allá al afirmar que “la financiación sostenible y verde será la única posible“, tal como expresaron en una reunión organizada por Guía de la Financiación Empresarial, y que todas las empresas deben comenzar ya a prepararse para ello ya que “las empresas sin criterios ESG tendrán un hándicap“.













