Para quien tuviera dudas, la recesión está aquí. Los bancos centrales han asumido de forma inequívoca que deben ser el primer frente de lucha contra una inflación galopante y, por tanto, solo pueden esperarse subidas de los tipos y reducción en las compras de bonos y activos, públicos y privados.
La inflación sigue fuera de control, con un IPC en septiembre para la región europea superior al previsto aunque en nuestro país parece amortiguarse ligeramente.
Indicios de actividad a la baja
La economía se está ralentizando y llegan ya los primeros indicios con los indicadores de actividad a la baja tanto en la actividad industrial como en a caída de la confianza y las expectativas de compra por parte de los consumidores.
El Servicio de Estudios de CaixaBank es concluyente en este sentido. “El consumo de los hogares, el principal pilar de la economía (representa alrededor del 55% del PIB), también se está debilitando. Tanto las ventas minoristas en términos reales como las de las grandes empresas flexionaron a la baja en el mes de julio. El monitor de consumo en tiempo real de CaixaBank, que sigue la evolución del gasto realizado con las tarjetas de CaixaBank y el que se lleva a cabo en los terminales CaixaBank en comercios, apunta en la misma dirección y anticipa que esta tendencia se ha mantenido durante el mes de agosto”.
Los ahorros acumulados durante la pandemia se habrán agotado este trimestre
Mas aún. “Los ahorros acumulados por los hogares durante la pandemia debido a las restricciones a la movilidad y a la actividad prácticamente se habrán agotado este trimestre”, afirma este servicio de estudios.
La impresión generalizada ers que “vienen curvas” en el cuarto trimestre de 2022 y el comienzo de 2023. La subida de precios generalizada y su intensidad hace difícil una corrección rápida de la inflación, más aún si en los próximos meses los salarios entran tambien en una espiral alcista que pueda dificultar aún más el control de los precios.
Más empresas en concurso de acreedores
Pocos sectores se salvaran de esta tendencia que hace preven una disminución generalizada en la facturación de las empresas, un aumento de la morosidad y un alargamiento de los plazos de pago, y, mas grave aún, un aumento del número de empresas que entren en concurso de acreedores, máxime tras el final de la moratoria en junio.
Los bancos están endureciendo las condiciones de sus créditos lo que añade más presión a las empresas en dificultades
En este contexto, los bancos están endureciendo las condiciones a la hora de conceder sus créditos lo que añade más presión a las empresas en dificultades, ya sea de tesorería o circulante o, peor aún, las que se encuentra en serios problemas de solvencia y supervivencia.