Autofinanciación y crédito, pilares básicos de las pymes en 2017

Presentación del Informe de CEPYME y EADA

Las pymes españolas basarán su financiación en 2017 en la autofinanciación y el crédito bancario en un 70%, según se desprende del “VIII Diagnóstico Financiero de la empresa española” realizado mediante una encuesta entre pymes por la Escuela de Negocios EADA y CEPYME, de la que también se deduce un escaso conocimiento acerca de los mercados de valores y de capitales.

El informe describe cuáles serán las alternativas financieras que utilizarán las pymes en este año en curso para disponer de recursos: en primer lugar, el 40% acudirá a la autofinanciación; el 31% al crédito bancario; el 10% al leasing, el 5% optará por la ampliación de capital, el 3%, por otras alternativas; y acudirán a los business angels, al capital riesgo o al crowdfunding o crowdlending, un 1%, respectivamente. La opción de la emisión de bonos u obligaciones registra el 0%. Todo muy sintomático.

Fuente: EADA y CEPYME

La encuesta revela que el 40% de los encuestados consideran que en 2016 han mejorado las condiciones en la concesión de créditos; un 37% que se mantiene al mismo nivel; y un 23% que las condiciones incluso se han endurecido.

Sin embargo, el porcentaje de empresas que han tenido dificultades para acceder al crédito se reduce en 2016 al 17%, frente al 21% que aseguraban encontrar dificultades el año anterior y más aún frente al 42% que encontraba dificultades en su acceso al crédito bancario en 2012, porcentaje similar al de 2013 (41%).

Aumentan las comisiones bancarias

No es tan favorable la respuesta de las pymes acerca de la evolución de las comisiones bancarias, ya que aumentan frente al año anterior hasta llegar al 59% las compañías que afirman haber sufrido un aumento en 2016 en las comisiones bancarias, frente al 49% del 2015; si bien el punto álgido de las comisiones bancarias se produjo, a juicio de la encuesta, en 2013, con el 80%, muy similar a 2012 (79%). Un aviso para navegantes ya que parece haberse producido en 2016 un punto de inflexión con un incremento de las comisiones bancarias frente a la tendencia a la baja que se registró entre 2012 y 2015.

Algo parecido ocurre con los tipos de interés que las entidades bancarias están aplicando a las operaciones crediticias con las empresas ya que aumenta en 2016 el porcentaje de compañías que afirman estar padeciéndolo, un 26%, frente al 18% de 2015, año hasta el cual fue disminuyendo el tipo de interés aplicado desde 2012, cuando se registraba un porcentaje del 73% de las compañías que afirmaban que sus bancos les habían aplicado tipos de interés más altos.

Las pymes están soportando tipos de interés más altos

Esta tendencia es consistente con la que se muestra de modo generalizado en los mercados acerca de una paulatina elevación de los tipos de interés en la medida que se vaya endureciendo la política monetaria una vez que el Banco Central Europeo constate y acredite la consistencia y firmeza del crecimiento económico en Europa y la inflación se sitúe en tono al objetivo del 2%.

Baja la morosidad del crédito comercial

El informe de Cepyme refleja también un dato muy favorable para la salud financiera de las pymes ya que la morosidad en el crédito comercial o sobre la cifra de ventas ha descendido en 2016 al 3%. Ese descenso venía ya produciéndose desde 2013, cuando los impagos se redujeron al 4,8%, mientras que la tendencia fue la contraria entre 2010 y 2013, período en el que se pasó del 3% al 8,9%. De forma complementaria, en 2016 el plazo medio de cobro se ha reducido a 65 días desde el pico de 87 días al que se había llegado en 2011.

Las previsiones del informe para 2017 no son especialmente halagüeñas en los que se refiere a la voluntad y disposición inversora de las pymes ya que el 39% de ellas cree que no habrá inversiones, el 23% creen que se limitarán a lo estrictamente necesario para subsistir y el 25% piensa que se efectuarán aquellas inversiones necesarias para mantener el nivel de servicio y productividad. Sólo el 13% tiene intención de invertir para aumentar los niveles de servicio y productividad, es decir, aumentar la competitividad.