Resulta dificil aclararse con los tipos de interés ya que la evolución de la política monetaria de la Reserva Federal (FED) y el Banco Central Europeo (BCE) está llevando a muchos analistas y expertos a una constante revisión de sus previsiones. En un entorno económico marcado por la incertidumbre, las decisiones sobre los tipos de interés dependen de una inflación errática y de señales mixtas sobre el crecimiento económico.

La evolución dependerá de factores inciertos

La incertidumbre es la norma en las decisiones actuales de política monetaria. Tanto la FED como el BCE están adaptando sus estrategias según las fluctuaciones de la inflación y las señales de las economías locales y globales. Este entorno volátil agudiza la dificultad de predecir con precisión el rumbo de los tipos de interés, dejando a los analistas y expertos en un permanente reexamen de sus modelos y previsiones.

La evolución dependerá no solo de factores internos como el mercado laboral y la demanda de crédito, sino también de eventos globales como las tensiones comerciales y los costos energéticos. En este contexto, más que nunca, resulta dificil predecir o “aclararse” respecto a la evolución de los tipos de interés.

El BCE cerró 2023 con una política monetaria restrictiva, elevando los tipos de interés a máximos históricos para combatir la inflación. Sin embargo, en 2024 ha comenzado a relajar su postura, respondiendo a una moderación de la inflación y un mejor desempeño del crédito y los depósitos bancarios. Esto ha favorecido una recuperación parcial del crédito hipotecario y una mejor demanda de financiación empresarial, aunque los niveles siguen por debajo de lo esperado antes de la pandemia.

Por su parte, la FED adoptó un enfoque más cauteloso a lo largo del año, haciendo pausas en su política de subidas de tipos. Aunque la inflación en EE.UU. ha mostrado tendencias descendentes, el mercado laboral sólido y el gasto de los consumidores han añadido un matiz de incertidumbre a las decisiones futuras. Los analistas de Goldman Sachs y Morgan Stanley destacan que el impacto acumulativo de las medidas anteriores podría llevar a un enfriamiento económico.

Inflación: ¿descontrolada o bajo control?

La inflación sigue siendo el principal determinante de la política monetaria. En Europa, el BCE ha señalado que la inflación subyacente muestra signos de moderación, aunque persisten riesgos relacionados con los precios energéticos y los salarios. En EE.UU., la FED enfrenta un dilema similar, con presiones inflacionarias aún presentes en sectores clave, aunque las expectativas a largo plazo parecen estar mejor ancladas.

BBVA Research ha resaltado que, en Europa, la caída de la productividad y el alza salarial mantienen la presión sobre los precios, pero el BCE confía en alcanzar su objetivo de inflación del 2% a medida que los choques iniciales de precios se desvanecen.

Para 2024, el BCE podría continuar recortando los tipos de interés pero cualquier repunte inesperado de la inflación podría cambiar esta trayectoria

¿Qué esperar de los bancos centrales?

Para 2024, el BCE podría continuar recortando los tipos de interés si las tendencias actuales persisten. Esto consolidaría la recuperación del crédito y apoyaría la actividad económica, especialmente en sectores como la vivienda y el consumo. Sin embargo, cualquier repunte inesperado de la inflación podría cambiar rápidamente esta trayectoria.

En el caso de la FED, los analistas de Morgan Stanley sugieren que es improbable que haya recortes significativos de tipos antes del segundo semestre de 2024. La economía estadounidense sigue mostrando resiliencia, pero el riesgo de una recesión técnica podría alterar las expectativas en los próximos meses.