El BCE responde al NGFS en favor de una taxonomia verde

Sabine Lautenschlaeger, miembro del Comité Ejecutivo del BCE
Sabine Lautenschlaeger, miembro del Comité Ejecutivo del BCE

El sector financiero y sus profesionales suman voces a favor de una contribución robusta del sector financiero a la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático, y el Banco Central Europeo (BCE) está contribuyendo a ello de forma notable en los últimos trimestres, haciendo oír su voz en este campo, a través de sus distintos canales y con el altavoz de sus máximos dirigentes, que están colocando esta cuestión en la cabecera de sus intervenciones públicas y de sus prioridades estratégicas y de supervisión y política monetaria.

La última en hacerlo ha sido la alemana Sabine Lautenschläger, miembro del Comité Ejecutivo del BCE y anteriormente vicepresidenta del Bundesbank, que parecía querer dar respuesta a la reclamación reciente del Network for Greening the Financial System (NGFS), red de la que forma parte un buen número de bancos centrales, también el Banco de España, para que el BCE dedique mayor esfuerzo supervisor a las cuestiones que afectan a los riesgos climáticos y, sobre todo, que desarrolle una taxonomía sobre los activos y proyectos que pueden considerarse sostenibles y verdes.

No es un problema para el próximo siglo

Sobre estas cuestiones, Lautenschläger, señalaba, precisamente en un discurso ante la Conferencia de la NGFS que “el cambio climático no es un problema para el próximo siglo; es un problema ahora y no solo para otros sectores sino también para el sector financiero y para los banqueros centrales y supervisores”.

Lautenschläger señala cuatro perspectivas desde las que el BCE trabaja en cuanto a los riesgos relacionados con el cambio climático:

-Cómo utilizar la supervisión microprudencial para evaluar y abordar los riesgos relacionados con el cambio climático en los bancos;

-Qué impacto tiene el riesgo relacionado con el cambio climático en la estabilidad financiera;

-Cómo valorar el cambio climático en las inversiones en fondos propios y fondos de pensiones;

-Cómo evaluar el impacto potencial del cambio climático en los factores importantes para la política monetaria.

El BCE vigilará el análisis de estos riesgos que los bancos abordan desde la RSC más que en lagestión de riesgos

En el área de la supervisión bancaria, ha anunciado que en 2019 el BCE vigilará “cómo la industria bancaria considera los riesgos relacionados con el cambio climático desde una perspectiva de gestión de riesgos”, puesto que, a su juicio, “los bancos parecen haber abordado este tema desde una perspectiva de responsabilidad social corporativa más que desde una perspectiva de gestión de riesgos”.

Respecto a la necesidad de una taxonomía, Lautenschläger ha manifestado su total apoyo a la demanda del NGFS pero ha matizado que “no hay definiciones o taxonomías comunes y carecemos de los datos generales que necesitamos para evaluar el riesgo en el sector financiero correctamente”, lo cual requiere abordar estas carencias de forma global, no solo en referencia a la taxonomía sino también a los datos y métricas. “Sin hacer esto, es difícil medir el impacto micro y macroprudencial de los riesgos climáticos. Necesitamos saber más sobre los diferentes riesgos de los activos verdes y ´marrones´”.