El retraso de COP26 no debe ser un descanso en los compromisos de los Gobiernos

Juan Carlos Villanueva
Juan Carlos Villanueva

(Algunas cuestiones para reflexionar si estamos en la línea correcta hacia unas finanzas y un futuro sostenibles)

El retraso de la COP26 a noviembre de 2021 en Glasgow no debe suponer un descanso para los gobiernos en los compromisos que sus 197 países integrantes deberán formalizar en cuanto a sus acciones y planes para lograr la reducción de emisiones de CO2 a 1,5º, objetivo del Acuerdo de París de 2015 y así lo ha recordado la secretaria ejecutiva de la UNFCCC, Patricia Espinosa, enviándoles una carta en la que insta a esos gobiernos a remitirle estos planes nacionales de acción climática, “al menos 9-12 meses antes de la cumbre COP26”, es decir, antes de que finalice el presente año a ser posible.

La amenaza para la biodiversidad, los bosques, ó los océanos está generando una creciente y aguda llamada a la acción por parte de líderes empresariales y financieros

Los riesgos climáticos y la reducción del carbono no son el único problema al que se enfrenta nuestro planeta en el terreno medioambiental. La amenaza para la biodiversidad, para los bosques, los océanos y sus elementos propios como los arrecifes, y, en general, la destrucción progresiva de los ecosistemas naturales está generando una creciente y aguda llamada a la acción por parte de los líderes empresariales y financieros más lúcidos y previsores.

Impacto negativo de 10 billones de dólares para 2050

Algunos directivos bancarios lo denuncian con rotundidad, como en el caso de Ashim Paun, directivo de ESG en el banco británico HSBC: “la biodiversidad es el mayor riesgo que enfrentamos, pero que las personas han ignorado en gran medida dentro de nuestro sector”.

Faltan datos pero algunos evalúan ya el impacto económico de estos riesgos derivados del daño a los ecosistemas, incluidos los bosques, los arrozales y los arrecifes de coral, y la pérdida asociada de biodiversidad, que podría drenar casi 10 billones de dólares de la economía mundial para 2050, según el informe del grupo conservacionista Global Futures del World Wide Fund for Nature (WWF), “debido a las menores cosechas y capturas de peces, y una mayor exposición a inundaciones y otros desastres naturales, entre otros factores”.

Microsoft quiere cuantificar el valor económico de estos riesgos y Natxis invertirá 2.000 millones de euros en biodiversidad

Otros como Microsoft y organizaciones como Unep FI están tratando de  cuantificar el valor económico  para las empresas y los ciudadanos reciben del mundo natural e inversores como Natixis se han lanzado en este terreno con el objetivo de invertir en biodiversidad 2.000 millones de euros. ¿Qué tienen que decir otros gestores e inversores institucionales?

La política verde en la parte superior de la agenda del BCE

El transito hacia unas finanzas verdes y sostenibles sigue, pues, ganando terreno y quizá lleguemos a ver un BCE verde o un banco público europeo verde.

ING recordaba hace unas semanas la declaración de la presidenta del banco central europeo, Christine Lagarde de que “la política verde del BCE está ahora en la parte superior de su agenda”.

A largo plazo, esperamos que los bonos ambientales, sociales y de gobernanza lleguen a superar a los no ESG

En todo caso, e banco holandés naranja apuesta decididamente por la inversión sostenible y llega a afirmar que, “a largo plazo, esperamos que los bonos ambientales, sociales y de gobernanza lleguen a superar a los no ESG y se negocien más estrictamente, lo que ofrecerá una ventaja de costes considerable a los emisores de bonos verdes”.

Juan Carlos Villanueva es editor de Guía de la Financiación Empresarial