Miguel Linares: “la RSC necesita un sistema para cumplir las autoexigencias”

Miguel Linares, fundador del despacho Linares Abogados
Miguel Linares, fundador del despacho Linares Abogados

Miguel Linares, fundador y cabeza visible del despacho Linares Abogados, ha desarrollado su vida profesional en el terreno del Derecho Mercantil. Linares Abogados concentra sus áreas de práctica en Derecho Mercantil, Procesal, Comercio Exterior y Compliance, pero con una especial atención por todo lo relacionado con la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) a la que dedican unos esfuerzos entusiastas.

Miguel prestó sus servicios en el Grupo de derecho bancario e instituciones financieras de Cuatrecasas, Goncalves Pereira antes de crear su propio despacho y con él charlamos acerca de algunas cuestiones que trascienden la actualidad jurídica para entrar de lleno en las tendencias que marcan el desarrollo de la actividad empresarial, financiera y social.

El abogado que se encarga del cumplimiento normativo identifica los riesgos y consecuencias de una mala praxis, e incorpora actuaciones que garanticen que todo se hace correctamente y según la normativa vigente

P: ¿Cuál es el papel de los abogados en el desarrollo de la RSC?

ML: Los abogados somos los consejeros de confianza y los intercesores de las personas y las empresas. Se podría decir que orientamos en el ejercicio personal y profesional, teniendo en cuenta el propósito, los valores y las virtudes de las personas y empresas, para que estas sepan realizar todas sus tareas como servicio a la sociedad.

Más allá, el abogado que se encarga del cumplimiento normativo tiene entre sus objetivos identificar los riesgos y las consecuencias de una mala praxis, incorporando a la cultura de la empresa actuaciones que garanticen que todo se está haciendo correctamente y según la normativa vigente. Para esto utiliza un sistema de prevención, detección, reporte y resolución.

Por esta razón, responsabilidad social y Compliance presentan elementos en común. La RSC necesita una gestión, un sistema que prevenga, detecte, reporte y resuelva para cumplir con esas “autoexigencias”.

P: ¿Qué función y alcance dais a los códigos éticos y de buen gobierno en las empresas y entidades financieras?

ML: En Linares Abogados creemos que estos códigos institucionales son eficaces, sobre todo para prevenir comportamientos no deseados.

Para el sector financiero, los códigos éticos, de conducta, buen gobierno, etc. son el conjunto de principios, normas y valores que guían las acciones de los agentes y las entidades financieras hacia objetivos relacionados con lo que es bueno, justo o debido, además de eficaz y rentable.

Naturalmente, estos códigos no pueden comprender más que unas pocas normas enfocadas a situaciones sensibles, como sobornos, fraudes, conflictos de intereses o uso de información privilegiada. Por esta razón, sería negativo dar a entender que cumpliendo estos mínimos, sin más, ya se actúa de modo ético. La ética no viene por un contrato, sino por el hecho de ser persona y su contenido es mucho más amplio que lo escrito en los códigos o contratos. La ética abarca toda la conducta humana y apunta a la excelencia.

La ética no viene por un contrato, su contenido es mucho más amplio que lo escrito en los códigos o contratos

P: ¿Cómo ayudar a definir una estrategia de sostenibilidad?

ML: Definir una estrategia de sostenibilidad e implantarla es la manera en que la empresa define el camino hacia el alcance de su propósito, cuidando que su impacto sea positivo desde las tres dimensiones principales: la económica, la social y la ambiental.

Para lograr que la sostenibilidad se encuentre integrada en el modelo de negocio es determinante contar con una estrategia formal recogida en un Plan Director de RSC que gestione y establezca objetivos claros de desempeño focalizados en: 1) integrar la sostenibilidad en la estrategia corporativa; 2) conocer cómo la empresa afecta y es afectada en su entorno; 3) centrar esfuerzos en aquellos asuntos económicos, ambientales y sociales que son de valor para la empresa y sus grupos de interés; e 4) identificar riesgos y oportunidades que representa la sostenibilidad para la empresa como la reducción de costes operativos, el ingreso a nuevos mercados o la innovación en nuevos productos y/o servicios, etc.

P: ¿Qué novedades y obligaciones de cara al reporting comporta la Ley de Información no financiera? Y, concretamente, ¿respecto a los Informes de sostenibilidad?

La Ley 11/2018, de 28 de diciembre, en materia de información no financiera y diversidad, ha introducido una novedad sustancial en materia de sostenibilidad. A partir de ahora, las empresas españolas afectadas tendrán que presentar de forma obligatoria lo que algunas de ellas ya venían haciendo de forma voluntaria: el Informe de Sostenibilidad o de RSC, lo que la Ley denomina técnicamente Estado de Información No Financiera (EINF).

El EINF debe incluir información de cuestiones medioambientales y sociales, respeto de los derechos humanos y lucha contra la corrupción y el soborno

La Ley, en términos generales, establece que el EINF debe incluir la información necesaria para comprender la evolución, los resultados, la situación de la sociedad o grupo de sociedades y el impacto de su actividad respecto a cuestiones medioambientales y sociales, al respeto de los derechos humanos y a la lucha contra la corrupción y el soborno así como relativas al personal.

En cualquier caso, las empresas deben tener en cuenta la RSC no por obligación de la Ley, sino porque su sector y la sociedad lo exige.

P: ¿Cómo trasladar a las empresas y entidades financieras la necesidad de creación de valor compartido y transparencia corporativa?

ML: Todas las teorías de la empresa se fijan en la existencia de un grupo de personas (directivos, empleados, propietarios, accionistas, etc.) que aportan recursos (trabajo, capital, etc.) para la consecución de un propósito común o compartido.

Explicaba Peter Drucker en The practice of management que “si queremos saber qué es una empresa, debemos empezar por el propósito. Y su propósito debe estar fuera de la empresa misma. De hecho, debe estar en la sociedad, porque la empresa es un órgano de la sociedad”. El propósito de la empresa, y de las entidades financieras y todo tipo de organizaciones, será su papel en la sociedad, lo que podríamos llamar su función social. Es aquí donde el valor deja de tener un sentido individual para ser compartido.

Dicho esto, la dimensión humana y el pensamiento a largo plazo son fundamentales para la creación de valor compartido, es decir, poner a las personas en el centro para superar el “enfoque miope”.

La dimensión humana y el pensamiento a largo plazo son fundamentales para la creación de valor compartido

Ante este escenario, están cambiando las reglas del juego porque está cambiando el balance de poder: los clientes hoy son conscientes de su valor comercial y su poder. Si una empresa sólo intenta ganar dinero no dará una buena imagen y la gente no comprará su producto o servicio y al final la acabará castigando. A veces necesitamos que nos apremien para llevar a cabo las acciones más nobles. Las empresas no existen sólo para repartir dividendos entre los accionistas. Tienen que hacernos avanzar, dando servicios y generando valor alrededor.

En este sentido, la transparencia se convierte en fuente de confianza para todos los stakeholders. Esta es la clave para la buena llevanza de cualquier entidad financiera o empresa.

P: ¿Qué valor otorgáis a los principios y acuerdos que tratan de actuar como guía en el terreno de la sostenibilidad y la RSC, como los Principios de Ecuador, los Acuerdos de París, ó los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (ODS)?

ML: Hay un viejo principio en el mundo de la ética de empresa que dice que cuando un problema no se puede resolver por la acción de una institución aislada, hay que elevarlo a un plano superior, para involucrar a otras instituciones.

Así es que los Principios de Ecuador establecen unas reglas comunes mínimas que presiden la actividad prestamista de las grandes corporaciones financieras, especialmente en proyectos impulsados por el Banco Mundial, en cuestiones relacionadas sobre todo con el medioambiente. Sin duda, esto ha ayudado a contribuir a mejorar la actitud de los grandes bancos hacia las cuestiones de responsabilidad social.

El Acuerdo de París señala que la acción climática no depende solo de los gobiernos, es una tarea para todos

Por otro lado, si algo señala con claridad el Acuerdo de París es que la acción climática no depende solo de los gobiernos, sino que es una tarea para todos. Y qué decir de los ODS, que identifican los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad y marcan la agenda global. En muchas ocasiones, las empresas han sido copartícipes de la extensión o perpetuación de estos problemas en el mundo; en otras, se constituyen como un motor económico que puede contribuir a su solución.

De acuerdo con esto, en Linares Abogados creemos que es muy positivo tener brújulas que nos orienten para actuar como motores de cambio. Nos gusta pensar que podemos cambiar el mundo desde la empresa. Dependerá de nosotros que esto quede en bonitos propósitos o sean ideas inspiradoras que impulsen proyectos responsables y sostenibles.

P: Habéis sido los impulsores del RSC-Tech: ¿cuáles son sus metas y objetivos y que aporta en este terreno esta iniciativa?

ML: RSC Tech es un think tank que creamos en el despacho en julio del año pasado para unir la innovación tecnológica con la responsabilidad social.

La idea nace cuando nos dimos cuenta de que nuestros clientes fintech y startups tenían la inquietud de hacer algo que aportara a la sociedad sin dejar de ser estratégicos, pero no sabían qué ni cómo, pensando en que para hacer RSC se necesitan muchos recursos económicos y humanos, cuando no es así.

RSC Tech es un think tank que creamos en el despacho para unir la innovación tecnológica con la responsabilidad social

Por otro lado, consideramos que los expertos en RSC necesitan mejores herramientas tecnológicas para llegar más lejos y lograr más impactos positivos (por ejemplo, en materia de medición, trazabilidad del producto, etc.)

Es por esto que unimos a expertos RSC con talentos “Tech” para inspirarse mutuamente y aprender. Reunimos las mejores propuestas de valor basadas en incrementar la creatividad, la flexibilidad, la frescura y la capacidad de entender el entorno que nos rodea más allá del modelo de servicios tradicional.

De este modo, han pasado ya por RSC Tech: Juan José Almagro, el mayor de los referentes en España de la RSC, José María Bolufer, jefe de innovación sostenible de Telefónica, May López Díaz, experta en movilidad sostenible, David Rivera experto en blockchain, Belén Perales, Directora de RSC en IBM, Rafael Moreno, de Clicksurance, Delia García Gómez, directora de sostenibilidad en El Corte Inglés, Susana Posada, Responsable de RSC en Leroy Merlin y Santiago Montero, de Aervio, entre otros.