Los riesgos climáticos asociados a los fenómenos meteorológicos extremos y los desastres naturales están ya entre los 10 mayores riesgos existentes en el planeta a los que las entidades financieras y bancarias habrán de enfrentarse, según el último informe de World Economic Forum (WEF).
Los datos y las previsiones comienzan a ser abrumadores. Las pérdidas causadas por estos fenómenos en Europa entre 1980 y 2016 se estiman en 3.636 millones de euros y se han duplicado desde la década de 1980 hasta el período 2010-2016, según la Agencia Europea de Medio Ambiente.
El riesgo estimado para Francia sera de 13.000 millones
Las instituciones financieras están expuestas a estos impactos y comienzan a calcular y tomar posiciones respecto a ellos. En el caso de Francia, la Federación Francesa de Seguros estima, por ejemplo, que las amenazas naturales derivadas del cambio climático en el área metropolitana costarán 13.000 millones de euros adicionales para este sector en el año 2040.
El cambio climático no es un futurible que aún está por llegar. Ha llegado ya y para quedarse
Todo ello lleva a concluir que el cambio climático no es un futurible que aún está por llegar. Ha llegado ya y para quedarse provocando un clima cambiante en el que los ciclones, las olas de calor, las sequías y otros episodios será cada vez mas frecuentes e intensos; las temperaturas, los patrones de viento y la lluvia irán en crecimiento y tendrán una clara traducción en los hábitos y circunstancias de los ciudadanos, tales como la disminución de la producción de alimentos ó en la calidad del agua.
La industria financiera ha asumido ya la existencia de “riesgos físicos del clima” que impactarán en la cuenta de resultados y desde 2015 han comenzado a incorporarse a la contabilidad y la estrategia de muchas instituciones financieras. El reto ahora para ellas es el de analizar de forma individualizada ese impacto de cara al futuro de sus resultados y facilitar información sobre ella a la comunidad inversora.
El informe de WEF incluye precisamente toda una batería de enfoques sobre esta cuestión, así como “los conceptos principales utilizados en las evaluaciones de riesgos en relación al impacto físicos del cambio climático”, y aporta algunas actuaciones recomendables.