La tesorería empresarial está girando hacia los fundamentos financieros. Tras varios años en los que la digitalización, la automatización y las urgencias operativas dominaron la agenda, la financiación a largo plazo vuelve a situarse en el epicentro de las prioridades corporativas.
Según la última Encuesta EACT de la Asociación Europea de Tesoreros Empresariales Esta que recopila las opiniones de unos 275 profesionales del sector para ofrecer una panorámica general de las prioridades, desafíos y tendencias de los tesoreros corporativos en toda Europa, la financiación a largo plazo se consolida como la segunda prioridad estratégica para los tesoreros, solo por detrás de la previsión del flujo de caja. Este resurgimiento no es casual y responde a un entorno económico exigente, volátil y cargado de incertidumbre, que obliga a las empresas a asegurar su acceso a liquidez sostenible en el tiempo.
Los shocks geopolíticos, la inflación, las tensiones bancarias y los cambios abruptos en los tipos de interés han alterado las condiciones de financiación
Durante los últimos ejercicios, la combinación de shocks geopolíticos, inflación, tensiones bancarias y cambios abruptos en los tipos de interés ha alterado profundamente las condiciones de financiación. Si bien el ciclo de subidas agresivas parece haber alcanzado un punto de inflexión, las empresas afrontan un paisaje aún inestable: diferenciales más amplios, mayor selectividad por parte de los bancos y mercados de capitales sensibles al riesgo.
Refinanciar vencimientos y nueva financiación con un horizonte más amplio
En este contexto, los tesoreros identifican la necesidad de refinanciar vencimientos, asegurar líneas estratégicas y planificar emisiones con un horizonte más amplio como un imperativo para blindar la solvencia y la continuidad del negocio.
La encuesta muestra que esta prioridad se acentúa especialmente en compañías multinacionales, donde las complejidades regulatorias y la diversidad de mercados añaden un nivel adicional de desafío. El dilema central —cuándo y cómo financiarse a largo plazo— se ha convertido en una decisión crítica que exige un análisis fino de costes, plazos y ventanas de oportunidad. La elección entre financiación bancaria y acceso a mercados de capitales no solo depende del precio, sino también de la flexibilidad, las estructuras de garantías, el perfil crediticio y las tendencias sectoriales.
La estructura de capital adquiere una relevancia renovada
Además, la EACT destaca que los tesoreros deben navegar en un escenario donde la estructura de capital adquiere una relevancia renovada. Este aspecto, estrechamente vinculado a la financiación a largo plazo, figura también entre los primeros puestos de la clasificación de prioridades.
La combinación de deuda, capital propio y herramientas híbridas debe alinearse con objetivos estratégicos y con una gestión del riesgo que equilibre rendimiento, solvencia y capacidad de inversión. En otras palabras, las empresas ya no pueden limitarse a cubrir necesidades puntuales: requieren una visión holística y a largo plazo de sus compromisos financieros.
Transformación interna y refuerzo de la resiliencia
Otro factor clave que impulsa esta preocupación es la creciente necesidad de financiación destinada a transformación interna: digitalización, automatización, reorganización de arquitecturas tecnológicas y optimización del capital circulante. La inversión en estas áreas, identificadas como relevantes en el estudio, demanda recursos de gran magnitud y plazos amplios de retorno, lo que intensifica la dependencia de la financiación estructural y sostenible. Resulta significativo que la encuesta sitúe también la renovación de herramientas de tesorería y la necesidad de reforzar controles internos entre las prioridades principales: elementos que, por sí mismos, requieren inversiones de medio y largo plazo.
La incertidumbre política y económica, otro de los factores señalados en el informe, actúa como catalizador adicional. Guerras regionales, tensiones comerciales, volatilidad de divisas y riesgos regulatorios hacen que las empresas se replanteen su grado de exposición y refuercen su resiliencia financiera. Asegurar financiación a largo plazo no es ya solo una cuestión de coste, sino de continuidad operativa, acceso oportuno a recursos y capacidad para responder a shocks imprevistos.
Cambio de paradigma: los tesoreros europeos vuelven a mirar hacia lo esencial
En última instancia, la Encuesta EACT confirma un cambio de paradigma: los tesoreros europeos vuelven a mirar hacia lo esencial. La financiación a largo plazo, lejos de ser un ejercicio técnico limitado al departamento financiero, se convierte en una palanca estratégica que condiciona la capacidad de inversión, el crecimiento y la estabilidad de las organizaciones. En un entorno incierto y en constante transformación, las empresas que planifiquen con anticipación diversifiquen sus fuentes y consoliden su estructura de capital estarán mejor preparadas para afrontar los próximos ciclos económicos. La disciplina y la visión estratégica serán, más que nunca, los pilares de una tesorería preparada para el futuro.











