Andan revueltas las cosas: conflictos y guerras inesperadas y terribles, necesidades sociales no resueltas, incertidumbres en las relaciones internacionales; así como nuevos episodios y catástrofes naturales que destruyen ciudades, infraestructuras y haciendas. Es difícil sustraerse a ese entorno que se podría decir que está en las antípodas de la sostenibilidad, que es el Leviatán de la sostenibilidad. Y en el terreno de la economía, un crecimiento que se debilita, una inflación que cede lentamente, pero sin asentarse del todo, unos tipos de interés que se mantienen elevados.
En medio de todo ello, ¿qué puede esperarse de la financiación sostenible, de su evolución y de su aportación al equilibrio y la normalización del entorno? ¿Se extenderá una conciencia más rigurosa y se generalizarán los esfuerzos y los compromisos de los gobiernos y las empresas respecto a la responsabilidad corporativa en relación con los males que asedian nuestro planeta, los más destructivos como las guerras, pero también el deterioro del clima, de las aspiraciones y beneficios sociales y de gobernanza que contribuyan a un sistema económico y empresarial más justo y solidario? ¿Aumentará el número de operadores que acuden a las distintas fórmulas de financiación sostenible de forma que crezca el volumen de este mercado?
La brecha es muy grande y los recursos financieros deben aumentar en gran medida
La brecha entre la realidad y las necesidades es aún muy grande. Alguno ha estimado que al paso que vamos, en 2050 el calentamiento global habrá crecido 2,9º, muy lejos de 2º y más aún del 1,5º propuesto en París, asomándonos al volcán de la irreversibilidad. Los recursos financieros que se destinan a superar esa brecha deben también aumentar en gran medida.
Habrá quien piense que aún quedan muchos años y que pueden suceder acontecimientos, procesos y descubrimientos que moderen este calentamiento. Que se extiendan las buenas prácticas, que aparezca un sustitutivo para los grandes emisores de gases contaminantes, en fín, el Bálsamo de Fierabrás. Es necesario aumentar el perímetro del mercado de la Financiación Sostenible. Los reyes de esta “Corte” sostenible serán los instrumentos basados en el uso de los fondos, pero cabe una aristocracia financiera sostenible a su alrededor.
En el mercado de Financiación Sostenible, los datos de 2023 que recoge el Informe Anual OFISO no son los más prometedores, pero permiten albergar ciertas esperanzas. La responsabilidad con el futuro del planeta y de nuestros sucesores nos obliga a actuar sin eludir la responsabilidad, especialmente entre los que participan en este mercado o deben hacerlo sin tardanza.
Es necesario aumentar el perímetro de quienes acuden al mercado a través de los instrumentos financieros verdes y sostenibles
Es por ello necesario aumentar el perímetro de quienes acuden al mercado a través de los instrumentos financieros verdes y sostenibles, es necesario que los bancos y los mercados primen con más intensidad a quienes optan por los préstamos y los bonos sostenibles, es necesario extender a las pymes estas fórmulas haciendo que encuentren en ellas las oportunidades y no los inconvenientes, impulsar alternativas de financiación sostenible atractivas para la transición aun cediendo algo en las exigencias.
Calmar la fiebre reguladora por la vía de la estandarización
Los instrumentos y activos basados en el uso de los fondos deberían seguir siendo los reyes de esta “Corte” sostenible, pero cabe ampliar su influencia con una aristocracia financiera sostenible a su alrededor. Se necesita también calmar la fiebre reguladora por la vía de la estandarización, acabar con la carrera por ser el primero en llegar y diferenciarse de los demás. Establecer unos estándares que puedan aplicarse en las distintas áreas y regiones con ligeros matices, jerarquizando lo más importante: la asunción de los principales compromisos de sostenibilidad, el sometimiento a una taxonomía común, aunque abierta, premiar las buenas prácticas y penalizar y sancionar las irregulares, transparencia e información, y disponibilidad universal de los datos y de las métricas que permiten analizarlos, tratarlos y sacar conclusiones.
Juan Carlos Villanueva es Editor de Guía de la Financiación Empresarial
Publicado primero en el Informe Anual OFISO 2024