Calviño, pie en pared en las reformas estructurales pero olvida las pensiones

Nadia Calviño, Vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital
Nadia Calviño, Vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital

Flexibilidad en el mercado de trabajo sí pero, de las pensiones, ni noticia. La vicepresidenta tercera y Ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño ha creído que es el momento de salir a defender las reformas estructurales que precisa la economía española y qué condicionan la llegada de los recursos del fondo de recuperación; y de paso dejar clara su posición en estos temas dentro de un Gobierno en el que no todos piensan como ella, e incluso alguno se pronuncia en el sentido contrario.

Calviño no ha rehuido hacer mención a la necesidad de reformas laborales dentro de un amplio inventario de reformas, pero sí ha olvidado hacer referencia a la reforma de las pensiones, lo que da idea de que este es un tema que plantea más controversia en el seno del Gobierno que incluso el de las reformas laborales.

La reforma de las pensiones es un tema que plantea más controversia en el seno del Gobierno que las reformas laborales

Calviño ha expresado su alegato a favor de las reformas estructurales en un artículo publicado en el diario económico Cincodias en el que plantea las reformas principales “para impulsar la actividad económica en los próximos años, y mantener un crecimiento sostenible”, amen de recibir los fondos que podrían llegar.

Las reformas enunciadas cubrirían “la reforma educativa y la modernización de la formación profesional, de la reforma energética y la transición ecológica, en el refuerzo del sistema de ciencia, el impulso a la digitalización en el ámbito financiero o la puesta en marcha del Ingreso Mínimo Vital”.

Como afirma la Vicepresidenta del Gobierno, “algunas están específicamente dirigidas a impulsar la modernización de sectores tractores, como el comercio, el turismo, el agroalimentario, la salud, la industria o la propia modernización de las Administraciones Públicas” así como a “mejorar la demografía empresarial y el clima de negocios, con medidas para promover el emprendimiento y aumentar el tamaño y eficiencia de las empresas”, reforzar el capital humano y modernizar nuestro sistema de investigación,  y “aumentar el capital tecnológico del país”.

Objetivos de sostenibilidad

A estos objetivos se suman los de “proteger y revalorizar nuestro capital natural, mediante la reforma del sistema energético, el impulso a la economía circular, la protección de ecosistemas, la mejor gestión de los recursos acuíferos, la descarbonización de la industria tradicional y del sector agroalimentario, impulsando una nueva economía verde y azul eficiente y sostenible”.

Reforma fiscal y eficiencia del gasto público pero sin entrar en la reforma de la Administración Pública

Calviño no olvida la necesidad de “avanzar hacia un sistema fiscal para el siglo XXI, que refuerce los ingresos públicos y la progresividad, reduzca la economía sumergida y el fraude, adecúe las figuras impositivas a la realidad actual, garantice la sostenibilidad y suficiencia de las pensiones a medio y largo plazo, y mejore la eficiencia del gasto público”, eso sí sin entrar en el terreno de la reforma de la Administración Pública y de su eficacia.

Como decíamos, Calviño deja de lado cualquier referencia a la reforma del sistema de pensiones, una de las dos principales exigencias de la Unión Europea, un silencio que da idea de lo delicado y difícil que debe ser en estos momentos el debate interno en el gobierno, por la oposición del ala que representa a Podemos y, por ello, de las tensiones que este tema va a provocar en los meses futuros no sólo dentro del gobierno sino en su relación con la Comisión Europea.