La gestión de tesorería y de los recursos ante el coronavirus

Salvador Illa, ministro de Sanidad
Salvador Illa, ministro de Sanidad

No es fácil valorar la gestión de las autoridades públicas a la hora de contener y anular el coronavirus y, probablemente, solo pueda hacerse en función de los resultados –por sus frutos los conoceréis– cosa que aún es casi imposible. Sin embargo, serán pocas las empresas y sectores que escapen a la crisis y la ralentización causada por el coronavirus, sólo aquellas cuyo negocio guarde relación directa con la prevención y el control de esta epidemia. Las demás sufrirán su impacto negativo. Lo fundamental es saber cómo  minimizar estos efectos y, sobre todo, garantizar aspectos básicos de la actividad empresarial, principalmente, los suministros, y la liquidez y la gestión de la tesorería.

Resulta por ello fundamental que toda empresa sea cual sea su tamaño y actividad, establezca en estos momentos un plan de contingencia capaz de neutralizar los efectos nocivos del coronavirus, especialmente, en lo que se refiere a la capacidad de mantener la relación con los clientes y el suministro de productos y servicios, la capacidad de conservar en activo a la mayor parte de los empleados, así como la cadena de decisiones internas para el correcto funcionamiento del negocio, y la suficiente liquidez para hacer frente a los pagos y cobros, es decir para mantener una correcta gestión que la tesorería en momentos delicados como éstos.

Está afectando ya seriamente la actividad de las empresas, y quizá a la continuidad y subsistencia de algunas

La expansión del COVID-19 o coronavirus en nuestro país y en el ámbito internacional está afectando ya seriamente a la actividad de los distintos negocios y empresas, y probablemente, en no pocos casos comience a poner en cuestión la propia continuidad y subsistencia de algunas de ellas, como consecuencia de las inevitables restricciones y medidas de control, protección y freno de la expansión de esta enfermedad entre los ciudadanos, con la consabida consecuencia de cancelación de reuniones y actividades en los lugares de trabajo, y en muchos casos de la presencia de los trabajadores en los propios centros de trabajo.

Reducir al máximo los efectos negativos y evitar quebrantos, quizá insuperables, incluso la desaparición

Por todo ello, las empresas deben examinarse correctamente para evaluar si están preparadas para que todas las medidas de control que deban tomarse por parte de las autoridades no afecten a la continuidad de sus negocios y su actividad, y para tratar de reducir al máximo los efectos negativos qué pueden tener en los próximos meses y, en casos extremos, evitar qué puedan llevar la empresa a sufrir quebrantos, quizá insuperables, incluso a su desaparición.

Asegurar la comunicación mediante teletrabajo

Este examen y las medidas de contingencia que deriven de él deben abarcar en primer lugar todos aquellas cuestiones relativas al teletrabajo, de modo qué nos aseguremos de que la empresa cuenta con la necesaria infraestructura tecnológica para dar cobertura a todos aquellos empleados que deban trabajar desde su casa o desde lugares distintos a los de la sede de trabajo y, en caso contrario, habilitar las herramientas necesarias o aumentar el ancho de banda y la capacidad de nuestras redes telefónicas y de transmisión de datos para garantizar una adecuada comunicación.

Garantizar la cadena  de decisión con las sustituciones y relevos que sean necesarios

Las empresas deben asegurarse también qué estará garantizada la cadena de mando y decisión en las cuestiones importantes, efectuando las sustituciones y relevos temporales que fueran necesarios para mantener en todo momento el canal de decisión y control de la actividad adecuadamente asegurado.

Suministros basicos y colaboración con los clientes

El plan de contingencia y el examen que debe hacer la empresa abarcará también a todos los equipos y recursos necesarios para asegurar los suministros básicos para nuestros clientes y, si ello no es posible, tratar de colaborar con ellos para paliar temporalmente los problemas que esta falta de suministro les pueda causar, incluyendo si fuera necesario algún tipo de asistencia comercial o financiera que nuestro cliente pueda requerir y nosotros podamos aportar.

Resulta también necesario qué durante el período en el que la expansión del COVID-19 exija medidas e iniciativas extraordinarias todas las empresas garanticen la seguridad de sus activos, de sus stocks y de sus propiedades así como todo lo relativo a la ciberseguridad, evitando ser objetivo de la delincuencia organizada que puede aprovechar estas circunstancias para incrementar sus actividades.

Garantizar la liquidez para los pagos vitales: nóminas y proveedores principales

Finalmente es necesario y vital que todo empresa garantice durante un período como este su liquidez y su tesorería con el fin de hacer frente a los pagos vitales y urgentes tales como las nóminas y el pago a sus proveedores principales y todas aquellas necesidades que considere fundamentales para el futuro desarrollo de su actividad y de su negocio.

Evaluar todo el perímetro de sus relaciones fundamentales, tanto con proveedores como con servicios en outsourcing

La evaluación de sus capacidades durante el período de contingencia no sólo debe aparcar el ámbito de la actividad propia de la empresa, de sus equipos, de sus empleados de sus infraestructuras y de todo aquello de lo que dispone para su correcto funcionamiento sino también a todo el perímetro de sus relaciones fundamentales en el exterior, tanto con proveedores como con compañías con las que tiene subcontratados determinados servicios en outsourcing, para asegurarse de qué serán capaces de prestarle en ese periodo  los servicios contratados de forma correcta y básica, o en caso contrario acudir a otras compañías que sean capaces de garantizarlo.