La directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde ha mostrado su respaldo a las monedas virtuales como Bitcoin o Ethereum durante una reciente conferencia pronunciada en el Banco de Inglaterra, en Londres.
La directora del FMI otorga carta de naturaleza a estas criptomonedas al considerar que se trata de auténticas unidades de cuenta y sistemas de pagos con entidad propia, y no mecanismos digitales “en monedas existentes” tales como Paypal y otros proveedores de “dinero electrónico” como Alipay en China o M-Pesa en Kenia. Por si no quedara claro añade que “estos sistemas permiten transacciones de igual a igual sin las centrales de compensación, sin bancos centrales”.
Obstáculos vs potencilidad
Lagarde aclara que “por ahora, las monedas virtuales como Bitcoin plantean un escaso desafío a las monedas existentes fiduciarias y a los bancos centrales”. A su juicio “son demasiado volátiles, demasiado arriesgadas, demasiado intensivas en energía, y las tecnologías subyacentes aún no son escalables. Muchas son demasiado opacas para los reguladores; y algunas han sido hackeados”.
Pero Lagarde pronostica nuevos ámbitos en los que las monedas virtuales pueden desarrollarse como “en países con instituciones débiles y monedas nacionales inestables. En lugar de adoptar la moneda de otro país -como el dólar estadounidense- algunas de estas economías podrían ver un uso creciente de monedas virtuales. Llamémoslo dolarización 2.0”, afirma.
Países débiles con monedas inestables que usen estas monedas. Llamémoslo “dolarización 2.0”
Entre las ventajas de estas nuevas monedas que la directora del FMI destaca se encuentra la seguridad que podrían llegar a otorgar y, a pesar de su actual volatilidad, Lagarde cree que pueden llegar a estabilizarse si se llegan a vincular con divisas como el dólar o una cesta de divisas, con la ventaja de poder contar con una regla predeterminada, por ejemplo un algoritmo susceptible de ser monitorizado o “incluso una “regla inteligente” que podría reflejar las cambiantes circunstancias macroeconómicas”.
La directora del FMI valora también las posibilidades como medios de pago de unas monedas virtuales “sin riesgos de liquidación, sin demoras de compensación, sin registro central, sin intermediario para verificar cuentas e identidades”.