Financiación verde: el sector bancario quiere redimirse

Invertir bajo en carbono

Publicado en Invertia

Las distintas fórmulas de financiación verde y sostenible se presentan como una auténtica oportunidad para el sector bancario. Y su involucración en este floreciente segmento cada vez es mayor.
 

Por Juan Carlos Villanueva

El sector bancario puede haber encontrado en las distintas fórmulas de financiación verde y sostenible un camino de redención que le absuelva, aunque sea en parte, de los efectos de la reciente crisis financiera, causada por ellos mismos, al menos en la conciencia de la mayor parte de los ciudadanos; y, especialmente, del coste del rescate de determinadas entidades bancarias.

La entrada de la banca en la financiación verde y sostenible se está produciendo por vías diversas. Por un lado, en la colaboración con emisores de bonos verdes, para el diseño y generación de estos activos de deuda, que comenzaron a desarrollarse hace apenas 11 años, y para su colocación o suscripción posterior.

LOS MAYORES INVERSORES

Algunos bancos y sus fondos de inversión se cuentan entre los mayores inversores en bonos verdes y se espera que contribuyan en los próximos años a extender esta fórmula de inversión cuyo volumen algunos creen que puede llegar a los 250.000 millones de dólares en 2018 y al billón (europeo) de dólares en 2020.

En España, la financiación verde y sostenible está ganando peso entre algunas de las compañías de mayor volumen hasta el punto de que, mientras a escala global se ha producido un cierto impasse en la actividad en el primer trimestre del presente año, nuestro país está viviendo una cierta explosión en este campo, no sólo en el comienzo del año, sino ya desde 2017, con emisiones relevantes en cuanto al volumen, y con la entrada de nuevos emisores.

Hasta ahora, la emisión de bonos verdes está siendo la fórmula de financiación verde y sostenible más utilizada, formula en la que Iberdrola se ha significado especialmente y es líder mundial en el sector energético, con una decidida apuesta por este tipo de financiación desde el año 2014, cuando se convirtió en la primera compañía española en emitir un activo de estas características. En los siguientes años esta eléctrica española ha realizado diez nuevas emisiones, la última de las cuales ha sido un bono híbrido verde por 700 millones de euros, hasta alcanzar un saldo vivo superior a los 7.000 millones de euros.

En el sector empresarial público, ADIF ha realizado dos emisiones de bonos verdes, la última por importe de 600 millones de euros, con una sobredemanda de 2,68 veces lo solicitado.

También Repsol ha apostado por este tipo de financiación, a pesar de las reservas que existen acerca de la capacidad real de las compañías ‘Oil & gas’ en este terreno. También han emitido bonos verdes otras compañías como ACS o Naturgy -antigua Gas Natural-. Asimismo, sin la calificación de bonos verdes, sino de bonos sociales o sostenible,s han realizado emisiones algunas entidades regionales y municipales como la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de Barcelona y, recientemente, el Gobierno Vasco.

LOS BANCOS, EMPEÑADOS EN AVANZAR

El empeño de los bancos por avanzar en este terreno parece estar creciendo en consonancia con la expansión de este segmento, especialmente en estos dos últimos años, al menos por lo que se refiere a sus declaraciones de intenciones. En España, BBVA ha asumido un papel de liderazgo, tanto en la colaboración con emisores de bonos verdes, como Iberdrola, ADIF o Repsol, como recientemente, con su primera emisión propia de bonos verdes por 1.000 millones de euros, una emisión por un volumen superior a cualquier otra emisión de este este tipo de activos realizada por un banco.

A escala internacional, destacan, además de BBVA, que parece decidido a extender el liderazgo en este terreno, bancos como JP Morgan, BNP, Paribas e ING, como líderes en la suscripción de bonos verdes en el primer trimestre de este año, así como Goldman Sachs, que ha ampliado a 150.000 millones de dólares sus previsiones de financiación hasta 2025; o Mellon, que se ha convertido en un valedor cualificado de este segmento  de la financiación y se ha dirigido por escrito a los 25 bancos principales en el mundo para animarles a que apoyen la financiación verde. El último en sumarse entre la banca ha sido Royal Bank of Scotland, que acaba de anunciar que no financiará a partir de ahora proyectos de centrales eléctricas basadas en carbón y se centrará en las energías renovables.

UN NUEVO MARCO REGULATORIO

Como señal adicional de que la banca quiere dar un salto adelante en la financiación verde a través de sus créditos, la Loan Market Association (LMA) acaba de crear los ‘Green Loan Principles’, unos principios y pautas similares a los ‘Green Bond Principles’ de la International Capital Markets Assocition (ICMA), asociación que ha validado este nuevo marco de autoregulación para los créditos verdes.

*Juan Carlos Villanueva es Editor de Guía de la Financiación Empresarial