La premier británica, Theresa May se enfrenta en la Cumbre europea de este fin de semana en Bruselas a un difícil reto ante unos líderes europeos que comienzan a cansarse de la falta de avances en la negociación, de lo que culpan a la propia May, y en lo que coinciden con buena parte del empresariado y de la ciudadanía británica.
Primera cumbre europea de Sánchez como Presidente
La reunión europea que se celebrará en Bruselas este fin de semana aúna la cita sobre inmigración con la Cumbre de fin de junio, la primera, por cierto, a la que Pedro Sanchez acudirá como Presidente del Gobierno de España, con una agenda de gran envergadura.
Bloomberg habla ya sin ambages de un “Brexit caótico” y un debate interno en Gran Bretaña cada vez más centrado en los riesgos que comporta el Brexit tal como está evolucionando, especialmente en el terreno legal como han señalado diversas empresas, entre ellas Airbus, que alerta sobre la posibilidad de una salida de la Unión Europea (UE) desordenada, sin rumbo, que puede dejar a Gran Bretaña en un “ limbo legal”, o BMW que amenaza con llevarse sus plantas de producción de Gran Bretaña, e incluso empresas como la española Ferrovial que recientemente se han sumado a quienes llevan sus centros de operaciones europeos fuera de Londres.
Se habla de un “Brexit caótico” que puede dejar a Gran Bretaña en un “ limbo legal”
Todo ello está haciendo que entre los europeos cunda el desánimo ante las dificultades para llegar a un acuerdo antes de octubre, como está previsto.
Ante esta situación, el plan de la premier británica para esta Cumbre sería, según informa Blooomberg, ofrecer una batería de iniciativas para agilizar los trámites, con la entrega de un documento con diversas opciones, mientras la UE pretende obligar a May a prescindir de las líneas rojas que viene marcando, especialmente en lo que se refiere a la libre circulación de personas y la jurisdicción del Tribunal Europeo de Justicia.
La sangre no llegará al río
A pesar del pesimismo que los representantes de la UE quieren trasladar a la opinión pública debido a todo lo anterior, conviene recordar que en el ámbito de la Unión casi nunca la sangre ha llegado al río. Es más previsible que este pesimismo esconda la voluntad de presionar hasta el límite, para llegar finalmente a un acuerdo en los minutos de la prórroga, eso sí, probablemente con nocturnidad y mucho café y caras somnolientas.