Las compañías que están asumiendo en su estrategia y funcionamiento los criterios de financiación responsable (ESG -Environmental, Social and Governance) son las que permiten anticipar su crecimiento futuro y las que muestran menores volatilidades en cuanto a sus rendimientos en los mercados de capitales, como pone de manifiesto el banco norteamericano BofA–Merrill Lynch.
Este espaldarazo a la financiación sostenible desde el punto de vista de su capacidad para garantizar la prosperidad futura de las empresas y, por tanto, asegurar su buena trayectoria en los mercados de valores, reafirma la ventaja comparativa que las acciones y bonos de las compañías que adoptan estos criterios de sostenibilidad pueden llegar a tener como activos en los que invertir, y justifican las altas calificaciones que comienzan a recibir por parte de las agencias de rating.
Nada tan eficaz como los criterios ESG para anticipar las futuras ganancias
La responsable de Renta Variable USA y Estrategia Cuantitativa de BofA-Merrill Lynch, Savita Subramanian reconoce con asombro que “he sido una analista cuantitativa durante 20 años, y nunca he visto nada tan eficaz como los criterios ESG cuando se trata de anticipar las futuras ganancias y la volatilidad de las corporaciones estadounidenses”.
Reducen el riesgo de caída de precios
De ahí que los criterios de Sostenibilidad y ESG no son sólo un signo del valor que una compañía concede al cuidado del medioambiente, a la cooperación con la sociedad en la que se desenvuelve y con sus ciudadanos o las buenas prácticas de gobierno corporativo y, si se quiere, una vía para incrementar su posición reputacional, sino que se convierten en un gran aliado de cara a su crecimiento y su progreso futuro y en una eficaz herramienta para desenvolverse en los mercados de capitales y mejorar su rating.
El informe aludido sugiere que los criterios ESG reducen el riesgo de las empresas a la hora de incurrir en fuertes caídas de precios y muestran un comportamiento y unos rendimientos notablemente superiores a los de sus competidores en el corto y medio plazo, tres a cinco años, y unas mayores posibilidades de éxito a largo plazo, y llega a firmar que el 90% de las quiebras de compañías estadounidense que se produjeron a partir de 2008 se hubieran podido evitar si las decisiones de inversión hubieran tenido en cuenta estos criterios.
Las compañías mejor calificadas ESG muestran unos rendimientos superiores a los de sus competidores
Los datos de los últimos años, señala BofA–Merrill Lynch, revelan que las compañías que obtuvieron entre 2005 y 2010 la quinta parte superior en términos de calificación ESG experimentaron en los cinco años siguientes un 32% de menor volatilidad en sus rentabilidades por acción, mientras que la volatilidad de las compañías con peor calificación en cuanto a estos criterios se elevó al 92% en ese período.
El banco americano reconoce que este hecho comporta un decalaje de varios años entre la asunción de los criterios y sus efectos beneficiosos, un obstáculo notable cuando los inversores ponen el foco en los resultados rápidos, a corto plazo. Por eso anima a los inversores a valorar las compañías ESG, no de cara al próximo mes o trimestre. En este terreno, “hay que mirar los resultados de cara al próximo año, ó los tres o cinco próximos años”.