Al mirar por el retrovisor el ejercicio 2018 tendremos “un nuevo baño de realidad para los que esperaban que la zona euro podría mantener de forma consistente ritmos de crecimiento del PIB cercanos al 2,5%” en contraste con la aceleración que fue la tónica de 2017, según el último análisis económico de José Ramón Díez, director de Estudios de Bankia.
Riesgos políticos y decepciones sobre la actividad marcarán el inicio de 2019
Entraremos en 2019 -añade- con el mismo nivel de riesgos políticos que tenemos en 2018, que provoca “fuertes decepciones en los datos de actividad en Europa y una perdida de impulso de la actividad, confirmada en el tercer trimestre del año, a lo que contribuirá, según el jefe del Servicios de estudios de Bankia “la nueva regulación de la emisión de gases de coches, que influirá en el sector automóvil español, la incertidumbre por el Brexit, la situación política en Italia, la subida de los precios del petróleo, y, sobre todo, una normalización del sector exterior tras un comportamiento excepcional mente positivo en 2017”.
La UE sufre especialmente la ralentización del comercio
Según José Ramón Díez, la zona euro ha resultado especialmente afectada por la ralentización del comercio internacional, causada, entre otros factores por las decisiones arancelarias norteamericanas, situación que no cambiará a corto plazo a pesar del revés sufrido por Trump en el Congreso en las elecciones “mid term”.
El deterioro del comercio internacional se percibe en España con una caída del superávit en la balanza por cuenta corriente en fechas recientes, haciendo caer el saldo del último año “a los mínimos de principios de 2016”.
Los vientos de cola han desaparecido o se han revertido, sin reformas de calado
Con todo, resulta aún más preocupante el hecho de que “que los vientos de cola han desaparecido o se han revertido, sin reformas de calado, tendremos que asumir que la UEM no puede crecer mucho más del 1,5% de forma sostenible”, somo señala Díez, lo que relajaría un problema más estructural que coyuntural.
Dificultades en la integración europea
Añade a estos problemas las dificultades que permanecen para el avance de la integración europea que se ha manifestado recientemente en los problemas para sacar adelante un impuesto europeo para las tecnológicas, la denominada “Tasa Google”, a la que se oponen Irlanda y países nórdicos, aunque Francia, Italia, España y Gran Bretaña seguirán adelante en cuanto a su puesta en marcha; o el intento delos países nórdicos por apretar las tuercas a los países más díscolos en el control de los presupuestos, provocando, según afirma José Ramón Díez, que la Comisión Europea reconozca “que la zona euro irá perdiendo empuje hasta ritmos de crecimiento del 1,7% en 2020”.